Este fin de semana se realizó el control de detención de Christian González y José Baeza, acusados de la muerte de Francisco Albornoz, farmacéutico de 21 años que estuvo desaparecido desde el 23 de mayo y cuyo cuerpo apareció en San Fernando.
Hay que recordar que esto se logró luego de que González, médico cirujano ecuatoriano, se entregara a las autoridades para confesar y revelar información sobre el joven. Es en este contexto que, ahora, se conoció su declaración, donde culpa directamente a su compañero de lo ocurrido.
La fuerte declaración del médico ecuatoriano
De acuerdo a lo reportado por Contigo en la Mañana, aseguró que «nunca supe el nombre de esta persona que estuvo en mi departamento», en referencia a Francisco Albornoz.
Tras esto, Christian González dio su versión de lo ocurrido. «Kai (José Baeza) me dice que Francisco había convulsionado. Lo vi convulsionar un poco, en la cama». Junto con agregar: «Le dije a Kai que llamara a la ambulancia, pero decía que no debía él estar acá. Yo le insistí que llamara a la ambulancia».
Siguiendo por esta línea, el médico cirujano afirmó que «Kai me dice que había que ocultar el cuerpo».
«Me dijo si yo tenía una silla de ruedas o algo para trasladar el cuerpo de Francisco. Llegó a mi habitación con un cobertor azul oscuro (…) junto a Kai envolvimos el cuerpo con el cobertor», continuó su relato.
Además, González declaró que mientras llevaban el cuerpo de Francisco Albornoz en la maletera, hicieron un alto en un servicentro. «Solo me bajé yo a comprar y Kai permaneció en el auto. Compré dos bebidas Coca Cola, unas papas fritas de esas que vienen en un envase tipo tubo. Esa compra la pagué en efectivo y me costó algo así como 5 mil pesos».
«Recuerdo que me estacioné donde están los surtidores de combustible y en ese momento Kai me dijo que necesitaba un roca. No me dijo para qué era la roca, pero yo supuse que era para romper el celular de Francisco», señaló.
Finalmente, reveló que «me subí a mi auto y manejé por la carretera hacia el sur. Kai encendió el tubo de las papas fritas. Me estacioné cerca de una caseta de SOS de color azul y Kai quemó el tubo y dentro de dicho tubo estaba el celular de Francisco. Esto fue a la orilla de carretera, de la Ruta 5 Sur. Kai se bajó del auto para quemar el teléfono. Yo me quedé al interior del auto».