El 19 de diciembre de 2024, en el Complejo Penitenciario Bío Bío, el reo, Diego Valdés San Martín, también conocido como “Indio Loayza”, asesinó a su compañero de celda.
La víctima fue asfixiada, apuñalada y decapitada. Su cuerpo fue encontrado con una biblia abierta, símbolos escritos en las paredes, incluyendo el número «666» y algunas estrellas de David.
Según los antecedentes, ambos reos y compañeros de celda, venían de Arica, el “Indio Loayza”, cumplía condenas que sumaban 16 años por homicidio y porte ilegal de armas.
Por su parte, el hombre asesinado, llamado Vincent González Aguirre, alias “Golo”, cumplía un total de 15 años por los delitos de robo con intimidación y tráfico de drogas, cumpliendo condena también por asaltar la casa de un excarabinero.
Valdés San Martín confesó que veía al “Joker” y al “Diablo” en su celda, quienes le habrían ordenado cometer este atroz delito. Dijo que realizó el asesinato como parte de un “sacrificio de sangre” para invocar protección.
“El Joker me dijo ‘mátalo’”
Según lo consignado por La Cuarta, el reo, que en un principio permanecía en el módulo 52 del complejo penitenciario, fue interrogado por la policía y además le realizaron peritaje psiquiátrico, en el que comentó lo siguiente.
“Del 52 salí porque empecé a agredir a todos, porque estaban hablando de mí. Eso fue hace como 10 días… me pegaron puñaladas, pero de verdad estaban hablando de mí, querían matarme”. Señalando a un sentimiento de persecución.
“Ahora, en el 42, hace como seis días, igual ahí todos hablan de mí. Se tocaban la cara, se agarraban los ojos, ponían las manos en las piernas… no sé qué me querían demostrar con todo eso”.
También comentó que era amigo de su víctima, ya que según detalla tuvieron una conversación cordial antes del homicidio. La amistad entre estos dos, la familia de González Aguirre lo refuta.
“Yo lo vi… lo vi al Joker en la muralla. Me dijo ‘mátalo’ y yo pensé… también le tiene que haber dicho eso mismo a él. Así que dije es él o soy yo. Ahí con un cordón lo asfixié hasta que se murió. Ruido no hizo nada, no dijo nada”.
También dio más detalles de este escalofriante asesinato. “Le puse una puñalada en el corazón. Le cercené el cuello, es que era para poder hacer el pacto con el Diablo. Era hacer un sacrificio de sangre como los mayas, eso de entregar los cuerpos en un sacrificio”, dijo en su declaración frente a un psiquiatra de la Defensoría Penal Pública.
“Tenía que invocar al Diablo para que no me fuera pasar nada a mí, así que ahí escribí el “666″ en la muralla y como me había mandado a decir que lo matara, yo hice eso. También hice la estrella de David, igual podía servir”.
Al ser consultado por el psiquiatra por lo que hizo con el cuerpo, declaró que “lo tiré en su cama, le corté la cabeza para botarla por la escalera igual que los mayas en la mañana y así me diera la bendición”.