Durante la semana pasada, Daniela Aránguiz estuvo invitada a Tal Cual, donde aprovecharon de conversar sobre su rol de dueña de casa y de su comentado matrimonio con Jorge Valdivia, que terminó hace un par de años.
Es en este contexto que, Francisca Merino señaló que tiene a una amiga que es igual a ella y que dejó con una ataque de risa a la farandulera, explicando el motivo. «Los maridos cuando tienen plata siempre te mandan a hacer esas hueas. Yo sé hacer cerámica, bordar y mientras estás bordando las hueas, el otro hueón andaba carreteando con las minas y ahí una bordando».
Junto con esto, tanto la actriz como Daniela Aránguiz destacaron que sus suegras siempre les decían que lo importante era ser la mujer «principal» de la relación. Es más, Merino recordó que la madre de su primer esposo le dijo «Panchita tú eres la catedral, deja que la otra sea la capilla», y la ex chica reality mencionó que su exsuegra le dijo algo parecido.
Tras esto, es que Aránguiz aprovechó de hablar en el espacio de TV+ de su experiencia personal, ya que es de conocimiento público que Jorge Valdivia le fue infiel en varias ocasiones y con distintas mujeres. «Yo que perdoné muchas infidelidades, no me arrepiento de haberlas perdonado».
¿Por qué Daniela Aránguiz perdonó tantas infidelidades?
Siguiendo por esta línea, explicó que «hablando fríamente sin pensar en mí, yo crié a mis hijos súper bien, nunca me faltó nada ni a los niños. Yo era súper chica, en ese tiempo no era profesional todavía, no había estudiado una carrera (…) Es súper rico poder criar a tus hijos tú. No me arrepiento por ese lado porque pude estar tranquila (económicamente)».
«Yo digo ahora ‘menos mal’. Si yo me hubiese separado, empiezan las guerras entre maridos. Cuando yo me separé, mis niños ya eran grandes, yo estaba resuelta con una estrategia súper armada», continuó.
Finalmente, Daniela Aránguiz afirmó que ya no haría lo mismo. «Ahora, con mi cabeza y la edad que tengo, que estoy tranquila y asegurada económicamente, todavía soy joven y mina. No dependo de nadie, porque cuando yo era pendeja, sí dependía de Jorge. Yo pude criar tranquila por la parte económica, nunca les faltó nada, yo no tenía cómo darle esa vida. Y sé que me hubiese cortado eso».
