El cuadro del Niño que llora es una pintura muy conocida, rodeada de una leyenda urbana inquietante. La imagen muestra a un niño con una expresión triste y lágrimas en su rostro.
Se popularizó en la década de 1950 y 1960 en Europa, especialmente en el Reino Unido, donde se vendió en masa como reproducción decorativa.
El origen de la curiosa pintura
El cuadro es obra del pintor italiano Giovanni Bragolin, cuyo verdadero nombre era Bruno Amadio.
Bragolin pintó una serie de retratos de niños llorando, conocidos como «Los Niños Llorones», que fueron comercializados en grandes cantidades. Se dice que los niños representados eran huérfanos de la Segunda Guerra Mundial, aunque no hay evidencia clara de esto.
Cabe señalar que el artista fue soldado durante la guerra mencionada anteriormente, donde el dolor en el rostro de los niños lo golpeó y se quedó con él, lo que habría inspirado su trabajo.
La maldición del niño que llora
La leyenda sobre la «maldición» del cuadro surgió en la década de 1980 en el Reino Unido, cuando el periódico The Sun publicó un artículo afirmando que varias casas donde había una copia de la pintura habían sufrido incendios misteriosos. Lo más extraño era que, en muchos casos, el cuadro quedaba intacto mientras el resto de la casa ardía.
Algunos bomberos confirmaron haber visto esto en más de un caso, lo que avivó la superstición de que el cuadro traía mala suerte. Se llegó a decir que Bragolin había hecho un pacto con el diablo, quien maldijo la pintura.
¿Explicación racional?
Con el paso del tiempo, se dieron explicaciones más lógicas al fenómeno. Se cree que los cuadros fueron hechos con un barniz ignífugo, lo que explicaría por qué no se quemaban con facilidad.
También se ha señalado que la gran cantidad de copias vendidas simplemente aumentó la probabilidad de que coincidieran con incendios.
¿El cuadro está maldito?
Hoy en día, la maldición del «Niño que llora» es vista más como una historia popular que como un hecho real. Sin embargo, aún hay quienes prefieren no tener la pintura en sus casas, «por si acaso».