El duro momento familiar que atraviesa Mauricio Israel: «Prefiero hoy comerme yo la mierda»

El comunicador hizo un potente desahogo en el programa Sígueme y te sigo, donde se sinceró con respecto a la relación con su hija.

Mauricio Israel
TV+

Este jueves en el espacio de TV+ Sígueme y te sigo, Mauricio Israel no aguantó más y se sinceró con relación a la difícil situación que está viviendo por no poder ver a su retoña llamada Sara.

En este sentido, el comunicador partió diciendo: «Yo tengo un dolor gigantesco, que lo voy a confesar públicamente ahora. Yo estuve fuera de Chile muchos años y me perdí a mi hija desde que tenía un año en adelante. Llevo un año y medio de vuelta, y sigo sin verla».

A lo que complementó: «Las razones, en este minuto, no vale la pena comentarlas públicamente, pero evidente que algún día se van a saber».

Dicho esto, el periodista expresó que si bien no ha podido ver a su hija, él nunca ha dejado de preocuparse de ella. «Pero yo de verdad digo, con tremendo dolor, uno hace un esfuerzo, un sacrificio tremendo por tratar de cumplir, por tratar de ser lo más generoso posible con una niñita que en la parte afectiva le ha faltado su papá siempre, pero en la parte económica jamás ha estado dejada de la mano», aseguró.

El fuerte dolor de Mauricio Israel

Siguiendo en esa línea, reconoce que «cuando yo no estaba, primero era mi abogado y después mi familia la que se encargaba. Siempre tuvo lo que necesitaba en la medida de nuestras posibilidades. Pero no ver a una hija, no poder verla crecer, no poder compartir con ella, es fuerte», según consigna Página 7.

Acto seguido, agregó: «Las cosas no son blanco y negro. La gente tiene que entender que en una familia hay mil situaciones (…) Lamentablemente, muchas veces uno quiere y no puede, hay temores…».

De esta manera, puso sobre la mesa que nunca se pusieron de acuerdo de forma legal con su pareja con respecto a su retoña. «Una vez tuvimos una mediación por el tema de las visitas y eso, en definitiva, no sirvió de nada (…) Las razones son demasiado poderosas, pero uno carga con un dolor desgarrador en el alma».

Y para cerrar con su desahogo expresó que «El día de mañana, cuando resuelva este problema, la pueda mirar a los ojos y decirle esto lo hice por ti. Prefiero hoy comerme yo la mierda».


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