«Quería ver de dónde venían las pifias»: Belén Mora se confiesa tras paso por Viña

En un nueva entrevista, Belén Mora reveló cómo es que vivió el antes y después de su paso por el Festival de Viña y detalles desconocidos.

Belén Mora (1)
Agencia Uno

Belén Mora se convirtió en lo más comentado del Festival de Viña, luego de su polémica rutina. Por la cual se llevó la gaviota de plata, pero que terminó con ella, dejando el escenario abruptamente en medio de las pifias del público de esa noche.

Es en este contexto que tras semanas de silencio, la humorista dio una entrevista a la revista El Sábado de El Mercurio. Donde no solo se confesó sobre lo que fue su presentación en Viña, sino que también los difíciles momentos que vivió por la salud de su hijo menor.

Resulta que en diciembre pasado, Belén Mora estrenó una rutina a través de Amazon Prime Video, la cual pese a ser recibida con elogios, esconde una compleja situación. Pues resulta que parte de este show lo escribió mientras su pequeño era intervenido a causa de una cardiopatía.

«Era una operación programada, pero se alargó su estadía en la UCI porque tuvo complicaciones. Entonces parte de la rutina presentada en Amazon yo la escribí en la UCI» afirmó Belenaza.

«Pensé: ‘esto hay que hacerlo’… quizás es una forma de pensar equivocada, pero en el mundo de la actuación hay muchas personas esperando, entonces si a una se le da una oportunidad como esta, la tiene que tomar. Y también para mí el trabajo es terapia: me terapea hacer reír» agregó.

Belén Mora y su paso por el Festival de Viña

Por otro lado, Belén Mora se refirió a cómo vivió su paso por el festival. «Mucha gente me preguntó si me había quedado hasta el final (de su rutina en Viña 2023) porque pensaba que lo iba a dar vuelta, pero no, me quedé porque quería ver de dónde venían las pifias, porque no las veía, solo las escuchaba».

Luego, la ex Morandé con Compañía mencionó que junto a su pareja y su retoño decidieron partir hasta un sector rural en la región de O’Higgins. Donde se dieron el tiempo para analizar todo lo que había ocurrido.

«Dedicamos un día, nos tiramos en el pasto como a las cuatro de la tarde, a la sombra de un árbol y dijimos: ‘ya, hablemos de todo, hablemos de la huevada’. Ahí descansé, decanté, lloré, analicé, profundicé, reflexioné, pensé en mi hijo. Venía con una acumulación de emociones contenidas tan grande, que Viña fue la gota que rebasó el vaso. Ahí bajó todo y empecé a llorar por cada cosa… boté, boté, boté, boté» confesó.


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