El cine latinoamericano atraviesa un momento de profundo pesar tras la muerte de Pablo Moret. El actor falleció el pasado 28 de diciembre a los 92 años en Puerto Montt, ciudad donde vivía desde hace más de cuatro décadas. Hasta ahora, no se ha informado públicamente la causa de su deceso.
Moret nació en 1933 en Francia y, a los 20 años, se trasladó a Argentina. Allí dio sus primeros pasos en la actuación bajo la guía de la reconocida actriz Hedy Crilla, quien fue clave en su formación artística.
La gran trayectoria de Pablo Moret
Su carrera alcanzó gran notoriedad entre las décadas de 1950 y 1960. En ese periodo participó en recordadas películas como «María Magdalena» (1954) y «Dar la cara» (1962). Además, compartió pantalla con figuras emblemáticas de la época, entre ellas Aída Luz, Laura Hidalgo e Isabel Sarli.
En 1998 volvió a captar la atención del público con el papel de Jarvis Liudas en «Los tallos amargos», personaje que lo consolidó como uno de los intérpretes más populares de su generación. Su estilo y presencia escénica le valieron el apodo de “el segundo James Dean”, convirtiéndolo en un verdadero ícono masculino del cine de esos años.
Durante los años sesenta hizo una pausa en su carrera para enfocarse en su vida personal. Sin embargo, en los ochenta regresó a la actuación con filmes como «Los días de junio» (1985) y «La virgen gaucha» (1987). En ese tiempo decidió radicarse definitivamente en Puerto Montt, donde se dedicó a atender su restaurante Posada STOP Chinquihue.
La muerte de Pablo Moret ha generado un fuerte impacto en el mundo cultural, debido a la relevancia y legado que dejó en la historia del cine latinoamericano.
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