¿Cómo afecta la suela del calzado a tu rendimiento físico?

La suela del calzado es clave para mejorar tu rendimiento físico. Descubre cómo elegir las mejores zapatillas para optimizar tracción, amortiguación, soporte y estabilidad.

¿Cómo Afecta La Suela Del Calzado A Tu Rendimiento Físico_
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Cuando pensamos en mejorar el rendimiento físico, solemos enfocarnos en entrenamientos, alimentación o descanso. Pero un factor que muchas veces pasa desapercibido y que puede marcar una gran diferencia es la suela del calzado. Sí, esa parte inferior que está en contacto directo con el suelo, puede ser tu aliada o tu peor enemiga durante cualquier actividad física.

La suela no solo proporciona tracción, también cumple funciones clave como la amortiguación, el soporte del arco, la estabilidad y la durabilidad. Por eso, entender cómo influye en el desempeño físico es esencial para quienes hacen ejercicio de forma regular, para deportistas, o incluso para quienes pasan muchas horas de pie.

A partir de aquí, analizaremos cómo la elección de un buen par de zapatillas running puede impactar tu cuerpo sin que te des cuenta. Si estás pensando en mejorar tu rendimiento físico desde el piso hacia arriba, conviene echar un vistazo a esta selección de modelos que cuentan con excelente reputación en la comunidad deportiva. 

Tipos de suelas y su impacto

La tecnología aplicada a las suelas ha evolucionado notablemente en las últimas décadas. No es lo mismo una suela pensada para correr largas distancias que una diseñada para caminar por la ciudad. Entre los materiales más comunes encontramos la goma, el EVA (etileno-vinil-acetato) y el caucho termoplástico. Cada uno tiene propiedades específicas:

  • Goma sólida: conocida por su durabilidad y tracción. Muy usada en calzado para exteriores.
  • EVA: destaca por su ligereza y capacidad de amortiguación, ideal para entrenamientos.
  • Caucho termoplástico: ofrece flexibilidad y una buena relación peso-durabilidad.

Por ejemplo, muchas zapatillas como las Air Force 1 combinan goma sólida con un diseño de patrón circular en la suela para ofrecer tracción multidireccional. Esto es útil en actividades donde hay giros constantes, como el básquet o entrenamientos de gimnasio.

¿Por qué la suela afecta tu forma de correr o caminar?

Todo comienza con el primer paso. La suela puede alterar la biomecánica de tu pisada, generando efectos en cadena desde tus pies hasta tu espalda. Los corredores, por ejemplo, deben considerar no solo la forma del pie, sino el tipo de terreno sobre el cual entrenan. Las zapatillas running con suelas con tacos son preferibles para caminos de tierra o senderos, mientras que una suela plana con buen rebote se adapta mejor al asfalto.

Una suela muy rígida puede provocar impactos más fuertes en tus articulaciones. En cambio, una suela excesivamente blanda puede no ofrecer la estabilidad necesaria, lo que se traduce en un mayor esfuerzo de tus músculos estabilizadores.

Close Up Of Trainers Running Through Mossy Terrain
Créditos: Getty Images

Beneficios de elegir la suela correcta

Cuando usas el calzado adecuado, puedes notar mejoras reales en tu rendimiento físico:

  1. Mejor absorción del impacto: reduce el estrés en rodillas, tobillos y cadera.
  2. Mayor estabilidad: disminuye el riesgo de torceduras o desequilibrios.
  3. Optimización del esfuerzo: con una buena suela, los músculos trabajan de forma más eficiente.
  4. Reducción de la fatiga: menos microtraumatismos y mejor retorno de energía.

Es aquí donde marcas populares han ganado terreno, no solo por su diseño atemporal, sino por integrar tecnología que brinda soporte en el día a día, sin descuidar el confort.

No todas las suelas son iguales: lo que debes observar

Elegir unas buenas zapatillas no es solo cuestión de marca o estética. Estos son algunos elementos técnicos que deberías revisar en la suela:

  • Patrón de tracción: influye en la adherencia al suelo.
  • Espesor: afecta el rebote y el confort.
  • Flexibilidad: ayuda a que la pisada sea más natural.
    Drop: es la diferencia de altura entre el talón y la punta, lo cual cambia la forma en que aterrizas al correr.

En ese sentido, las zapatillas  modernas ya no son sólo ligeras, sino que incluyen estructuras diseñadas para adaptarse al tipo de pisada (pronadora, neutra o supinadora), lo que ayuda a corregir la postura y evita lesiones a largo plazo.

Diferencias entre calzado deportivo y urbano

Aunque parezcan similares a simple vista, no es lo mismo usar tenis de calle que calzado deportivo especializado. Las suelas están hechas con distintos fines:

  • Zapatillas deportivas: ofrecen rebote, absorción de impacto y estabilidad para cada tipo de entrenamiento.
  • Tenis urbano: están pensados para un uso prolongado, pero no necesariamente para correr maratones.

Esto no quiere decir que no puedas usar este tipo de calzado para entrenar ligero o caminar. De hecho, su suela gruesa y bien distribuida proporciona una base sólida que ayuda en desplazamientos largos, aunque no sustituye el diseño técnico de unas zapatillas de alto rendimiento.

Errores comunes al elegir calzado

Uno de los errores más frecuentes es dejarse llevar por el diseño sin analizar la función. Aquí van algunos puntos a evitar:

  1. Elegir la talla incorrecta: una talla menor o mayor puede alterar el punto de apoyo de tu pie.
  2. Ignorar el tipo de pisada: no todas las suelas se adaptan igual.
  3. Comprar sin probar en movimiento: lo ideal es caminar o incluso trotar un poco con el calzado antes de decidir.
  4. No revisar el desgaste de la suela: el patrón de desgaste te indica si estás usando el calzado correcto o si necesitas plantillas.

Además, si usas diariamente un mismo par de zapatillas, la suela va perdiendo capacidad de respuesta. Por eso, conviene rotar entre distintos modelos, sobre todo si haces actividad física frecuente.

¿Cuándo cambiar tus zapatillas?

Aunque no hay una fecha exacta, muchos expertos coinciden en que deberías reemplazar tus zapatillas después de recorrer entre 500 y 800 kilómetros. Esto depende también del tipo de terreno, tu peso corporal y la intensidad del uso.
En el caso de las zapatillas running, una señal clara de que ya cumplieron su ciclo es cuando notas menor absorción al impacto o dolor en las articulaciones tras un entrenamiento. Para modelos urbanos, el desgaste de la suela, la pérdida de tracción o una sensación de desbalance son señales de alerta

¿Influye en otros aspectos del cuerpo?

La suela también puede repercutir en tu espalda, cuello y hombros. Un calzado que no amortigua bien hace que el impacto de cada paso suba por todo tu sistema músculo-esquelético.

Una mala elección puede provocar:

  • Dolor lumbar crónico
  • Problemas en el talón de Aquiles
  • Molestias en la planta del pie (fascitis plantar)

Por eso, invertir en un buen calzado no es solo una cuestión de estética o comodidad, sino de salud integral.

Palabras finales para pisar más fuerte

Al hablar de rendimiento físico, lo que tienes bajo los pies importa más de lo que imaginas. La suela del calzado, con su diseño, material y tecnología, puede ser una gran diferencia entre avanzar con potencia o acumular molestias con cada paso.

Lo importante es que tomes una decisión informada, alineada a tus actividades y necesidades físicas. Elegir bien no solo mejora tu desempeño, también previene lesiones, da mayor seguridad en cada movimiento y alarga la vida útil de tu calzado. Porque al final, tu cuerpo lo va a notar para bien o para mal cada vez que pongas un pie en el suelo. Cuando tus pies están bien cuidados, todo tu rendimiento mejora con naturalidad.

 


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