«Estamos fatal»: Mujer quiso hacer una devolución pero se olvidó de un pequeño detalle

Un insólito diálogo entre una clienta y una vendedora de un local se ha viralizado en las redes sociales y generó repudio entre los usuarios.

Prenda
Getty Images

Las tiendas de ropa no solo son lugares para comprar prendas, sino que también son espacios para que las personas puedan devolverlas o cambiarlas. En estas diligencias se presentan escenarios que pueden ser tediosos tanto para clientes como para empleados.

Estos locales son testigos de cómo los clientes ocupan trucos para obtener promociones adicionales, también utilizan ciertas tácticas para recibir descuentos, o incluso, intentan devolver productos ya usados. Sobre todo, la mayoría de estos sucesos ocurren en temporada de ofertas.

A pesar de esto, lo que sucedió en un local de España sorprendió a todos lo usuarios de las redes sociales, ya que una persona publicó una historia en X (antes Twitter) sobre una mujer que pretendía cambiar unas prendas pero no las llevó al local. Esto, desconcertó a la empleada y se volvió viral, consiguiendo diversas reacciones.

¿Cómo fue el hecho?

La protagonista de la anécdota fue una clienta que, ante el sorpresa de quienes la rodeaban, llegó al mostrador de devoluciones con un ticket en la mano y sin las prendas. La conversación que se produjo fue tan extraña como inesperada.

«Acabo de oír lo que creí que no oiría jamás: – Vengo a hacer una devolución. Aquí está el ticket. – ¿Y las prendas?», publicó @CioLerma en su primer tuit.

La compradora, con total seguridad, argumentó: «A mí me dijeron que si venía con el ticket me lo devolvían, nadie me dijo que trajera la ropa». La respuesta de la vendedora fue un simple «es que eso ya se sabe».

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La usuaria expresó su asombro con tres emojis de enojo y concluyó con un categórico «estamos fatal». En un segundo tuit, compartió que estaba detrás de la cliente en cuestión y, al observar el desconcierto, optó por devolver las prendas a su lugar y retirarse para evitar ser testigo de la situación. «Como no tengo el día para aguantar a impertinentes, me he ido. No sé cómo habrá quedado el asunto», expresó.

La historia rápidamente se volvió viral en la red social, recibiendo más de 8 mil «me gusta». Las reacciones de los usuarios reflejaron la incredulidad generalizada ante la inusual escena que se vivió en el local. Muchos, además, compartieron experiencias igual de impensadas.

«Trabajar de cara al público no es ni pagado ni valorado… Ojalá esto fuera broma, pero no lo es y encima se enfada la que no trajo las prendas porque claro, nadie se lo dijo», escribió una usuaria.

Mientras que por otro lado, un usuario también quiso contar su experiencia: «En un locutorio, esperando cabina: – Hola, Charmilina , ¿todos bien? Lindo, por aquí todo bien, dile a la mamá que se ponga. ¿Qué no está? Pues dile que luego la llamo, adiós. (Cuelga y se va). – Oiga, tiene que pagar. – ¿Pagar? Si no he hablado con quien quería. Y se fue».


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